EL TRANSBORDADOR SE SALVÓ DEL DESGUACE - ARQ. CARLOS PASQUALINI


Arquitecto Carlos Mario Pasqualini (1936-2001). 
Su accionar para evitar que se lleve a desguace el Transbordador Nicolás Avellaneda. Años 1993 - 1994.

Arq. Carlos Mario Pasqualini (1936 - 2001)

El arquitecto Carlos Mario Pasqualini, vecino de la Boca, alarmado por el decreto presidencial de 1993 en donde se licitaba una serie de puentes en desuso para ser convertidos en chatarra. Entre estos estaba el Transbordador N. Avellaneda cuyo tonelaje lo convertía en el corazón de la oferta.
Organizó encuentros en distintas asociaciones vecinales del barrio de La Boca, concejales del Concejo Deliberante de la Ciudad de Buenos Aires y autoridades del Departamento de Patrimonios de la Dirección Nacional de Construcciones Portuarias y Vías Navegables, para informar y concientizar sobre la importancia de la preservación del Transbordador, evitar su desmantelamiento, señalando sus valores desde el punto de vista histórico y social como testimonio de una etapa de la revolución industrial en el país y sobre todo, su valor simbólico como exponente cultural paradigmático de La Boca y de la Ciudad, caracterizando infinidad de obras fotográficas y pictóricas, entre ellas las de Benito Quinquela Martín.
Valiéndose de diapositivas expuso la historia del transbordador y la importancia de la preservación de este valioso patrimonio no renovable.
Como también lo fue su incesante accionar a través de medios de divulgación masiva.


CHARLAS EXPLICATIVAS EN DIFERENTES INSTITUCIONES BARRIO LA BOCA





Visitó y entrevistó, al Sr. Luis Martino, jefe del Departamento de Patrimonios de la Dirección Nacional de Construcciones Portuarias y Vías Navegables, quien le admitió que lo iban a demoler. 
Pasqualini aseguró que “cuando fui a la Dirección, Luis Martino me dijo que, para ellos, el puente constituía el mayor kilaje de hierros en el paquete que se vendía”. 
Dijo Pasqualini, “lo que más bronca me da es que yo vi el puente pintado en cuadros en Francia y España, y para los funcionarios argentinos es simple chatarra”.

Finalmente en abril de 1994, entrevista previa, fue escuchado atentamente por el entonces Concejal Raúl Fernández, del Frente Grande, y gracias a ello se evitó que el Transbordador Nicolás Avellaneda fuera a desguace.
La solución política consistió en que el Concejo Deliberante de la Ciudad de Buenos Aires declarara Sitio de Interés Cultural al Transbordador y esa investidura lo protegiera de la demolición. 

Luis Martino aseguró que, a partir del reclamo de los vecinos y del concejal Raúl Fernández, del Frente Grande, no se tocará el puente. El funcionario reconoció que en algún momento existió la posibilidad de que el puente terminara como pedazos de hierro: “Hace una semana me enteré del tema" –contó- (abril 1994). "Por eso le manifesté al intendente de Avellaneda, Baldomero Álvarez, la idea de firmar un convenio mediante el cual cedamos el puente a su Municipalidad y a la porteña para que se hagan cargo de la recuperación y mantenimiento”

El denuedo del Arq. Pasqualini para batallar con las autoridades nacionales y los entonces concejales impidieron la consumación del arrebato.

Consideraciones vertidas por el arquitecto Carlos Mario Pasqualini al periódico "La Gaceta del Sur" de mayo 1994: Es con este propósito que proyectamos un futuro accionar que emprenderemos como simples ciudadanos, sin formar ninguna Asociación o Mutual que se ampare en normas que regulen la participación libre y ciña a un grupo de ciudadanos la representación y accionar de nuestra sociedad. Es por ello que requerimos y convocamos a todos a participar, a todas las Asociaciones, a todo vecino, a todo medio, amparando nuestro accionar en el criterioso uso de nuestras facultades y derechos constitucionales”.

El 30 de abril de 1994, el periódico "Clarín", publica una nota firmada por Patricia Veltri, anunciando: "El  viejo puente de Quinquela Martín se salvó de la demolición"Se había salvado de ser vendido como chatarra.
Producto de esta defensa, el Honorable Concejo Deliberante de la Ciudad de Buenos Aires, mediante la Ordenanza 49.220, declara al Puente Transbordador Nicolás Avellaneda "Sitio de Interés Cultural", el día 1 de junio de 1995. Evitándose su desmantelamiento.



NOTAS PERIODÍSTICAS QUE DAN TESTIMONIO DEL ACCIONAR DEL ARQUITECTO PASQUALINI:

Diario Clarín - 30 abril 1994

Patricia Veltri escribió:

LO IBAN A VENDER COMO CHATARRA
El viejo puente de Quinquela Martín se salvó de la demolición

El viejo puente Nicolás Avellaneda, el que Quinquela Martín pintó en más de un cuadro y que forma parte del paisaje histórico de la Boca, se salvó de la demolición.
En un momento corrió peligro de morir como chatarra, pero la denuncia de los vecinos de la Boca dio la voz de alerta. Encabezados por el arquitecto Carlos Pasqualini, los vecinos contaron a Clarín que un decreto presidencial de septiembre de 1993 licitó una serie de puentes en desuso para ser convertidos en chatarra. Entre estos, según los vecinos, estaba el puente de Quinquela.
"El jefe del Departamento de Patrimonios de la Dirección Nacional de Construcciones Portuarias y Vías Navegables, Luis Martino, admitió que lo iban a demoler", dijo Pasqualini, para quien, "lo que más bronca me da es que yo vi el puente pintado en cuadros en Francia y España, y para los funcionarios argentinos es simple chatarra".
Voz de Alarma
Por su parte, la Dirección Nacional de Construcciones Portuarias aseguró a Clarín que, a partir del reclamo de los vecinos y del concejal Raúl Fernández, del Frente Grande, no se tocará el puente.
El funcionario reconoció que en algún momento existió la posibilidad de que el puente terminara como pedazos de hierro: "Hace una semana me enteré del tema –contó-. Por eso le manifesté al intendente de Avellaneda, Baldomero Álvarez, la idea de firmar un convenio mediante el cual cedamos el puente a su Municipalidad y a la porteña para que se hagan cargo de la recuperación y mantenimiento"
Sin embargo, Pasqualini aseguró que "cuando fui a la Dirección, Luis Martino me dijo que, para ellos, el puente constituía el mayor kilaje de hierros en el paquete que se vendía".
Desde que dejó de funcionar, en 1960, el viejo Nicolás Avellaneda pasó a ser sólo interés de los turistas que reconocían el puente pintado por Quinquela Martín en cuadros que recorren el mundo. Para los habitantes del barrio, como José Cusmai (un vecino de 85 años que vive allí "desde siempre"), el puente, "es la Boca".
La historia cuenta que, el 10 de octubre de 1905, se autorizó al Ferrocarril del Sud a construir un puente carretero a nivel del Riachuelo. Poco después, el proyecto se hizo realidad, y el Nicolás Avellaneda se convirtió en el primer puente que unió la capital con la provincia.
Cusmai, recordó que "cruzaban camiones y autos, pero sobre todo carros tirados por caballos"
Para Rubén Granara Insúa, presidente de la República de la Boca, recuperar el puente "como monumento histórico y de atracción turística, no cuesta plata. Sólo hay que cambiar los rieles y pintarlo. No queda mucho tiempo: va a empezar a despedazarse".


La Gaceta del Sur - Mayo 1994

PELIGRA LA EXISTENCIA DEL VIEJO PUENTE DE LA BOCA
Hay inquietud en la población. Posibles movilizaciones

Cuando el 10 de octubre de 1905, se autorizó al Ferrocarril del Sud a construir un puente carretero a nivel del Riachuelo para unir la ciudad con la provincia, el Puente Nicolás Avellaneda se convirtió en un verdadero signo identificatorio del barrio marinero, que luego Quinquela Martín se encargó de popularizarlo en todo el mundo, además de prestar una necesaria e importante función, ya que en su transbordador camiones, autos y carros tirados por caballos, además de numerosas familias y obreros cruzaban el riachuelo para comunicarse con la Isla Maciel. Durante muchos años su negra estructura fue centro obligado del turismo mundial.
Ahora, en virtud de la mentalidad renovadora de algunos funcionarios, lo han puesto al borde de su desaparición. Según el arquitecto Carlos Pasqualini, por un decreto presidencial de septiembre de 1993 licitó una serie de puentes en desuso para ser convertidos en chatarra, entre los que se contaba el puente en cuestión, "dado que constituía el mayor kilaje de hierros en el paquete que se vendía", según las expresiones vertidas por el jefe del Departamento de Patrimonios de la Dirección Nacional de Construcciones Portuarias y Vías Navegables, Luis Martino al arquitecto Pasqualini.
Evidentemente, toda esta situación confusa en su manejo, ha traído gran inquietud en la población ribereña, ante el peligro de que "su" puente sea demolido. Con tal motivo, numerosos vecinos ya se están organizando para estrechar esfuerzos con el fin de impedir la desaparición del viejo puente y lograr otras remodelaciones en la zona. En virtud de ello, hemos recibido la visita en nuestra redacción del arquitecto Carlos Mario Diego Pasqualini, vecino de La Boca y uno de los más entusiastas defensores de la fisonomía del barrio de Quinquela, quien nos esbozó un plan de labor. Entre otras inquietudes nos manifestó que "los que integramos la familia que habita La Boca estamos seguros que los dos puentes Nicolás Avellaneda deben cumplir con una misión, pero allí no concluye nuestra inquietud –acotó- y preocupación, por el contrario, somos conscientes que debemos organizarnos rápidamente en pro de nuestro bienestar y en el de nuestra sociedad y ciudad capitalina". Luego el arquitecto Pasqualini expresó que "por ello requerimos –como necesario- un estudio urbanístico a escala de todo este sector sur; estudio del que no debemos estar ausentes; por el contrario pretendemos ser parte muy activa del mismo, actuando en todas sus etapas y aspectos, ya sea en lo residencial, económico, político y social. Nuestro espacio vital, nuestro hábitat, es la Ribera del Riachuelo cuyas aguas saneadas exigimos ya, las escuelas, el museo de Quinquela Martín, el Teatro de la Ribera, la calle Caminito, la Vuelta de Rocha, los tres puentes, el vuelo y los encolumnados de la nueva autopista cuyos accesos traza resultante de la avenida P. de Mendoza y calles adyacentes aún no conocemos".
Por último, entre otras consideraciones, el arquitecto Pasqualini dijo que "es con este propósito que proyectamos un futuro accionar que emprenderemos como simples ciudadanos, sin formar ninguna Asociación o Mutual que se ampare en normas que regulen la participación libre y ciña a un grupo de ciudadanos la representación y accionar de nuestra sociedad. Es por ello que requerimos y convocamos a todos a participar, a todas las Asociaciones, a todo vecino, a todo medio, amparando nuestro accionar en el criterioso uso de nuestras facultades y derechos constitucionales".

Por nuestra parte, estamos totalmente de acuerdo con lo expresado por el arquitecto Pasqualini y nos comprometemos a apoyar entusiastamente todas aquellas iniciativas que los vecinos desarrollen para evitar que el puente-símbolo termine en chatarra.



Diario del Viajero - Mayo 1994
Un puente con el pasado
Señores Directores

Los que integramos la familia que habita en la Boca estamos seguros que los dos puentes Nicolás Avellaneda deben cumplir con una misión, pero allí no concluye nuestra inquietud y preocupación, por el contrario, somos conscientes que debemos organizarnos rápidamente en pro de nuestro bienestar y en el de nuestra sociedad y ciudad capitalina. 
Las obras viales en ejecución avanzan rápidamente y el Nuevo Puente sobre el Riachuelo está allí, proyectándose con una altura de paso menor a la de los dos puentes citados. Es nuestro interés que estas obras constituyan un hecho positivo, una resultante que incluyan a la obra vial superior y a las obras de los espacios inferiores afectados, los espacios que habitamos, los que deben permitirnos desarrollar en armonía la vida diaria. Por ello requerimos –como necesario- un estudio urbanístico a escala de todo este Sector Sur; estudio del que no debemos estar ausentes; por el contrario pretendemos ser parte muy activa del mismo actuando en todas sus etapas y aspectos: residencial, económico-político y social. 
Nuestro espacio vital, nuestro hábitat, es la Ribera del Riachuelo cuyas aguas saneadas exigimos ya, son las escuelas, el Museo de Quinquela Martín, el teatro de la Ribera, la calle Caminito y Sector Comercial, La Vuelta de Rocha, los Tres Puentes, el vuelo y los encolumnados de la nueva autopista cuyos accesos, traza resultante de la Avda. P. de Mendoza, y calles adyacentes aún no conocemos. 
Vemos sí, con preocupación, la realidad actual, la rápida ocupación de los espacios techados con camiones que estacionan allí y los utilizan además como sanitarios. La instalación improvisada de precarias parrillas y merodeadores nocturnos pernoctan indigentes y desalojados, junto a nuestros edificios de Catalinas Sur, de la Plaza Las Malvinas y en todo el recorrido de la obra vial hasta el nuevo puente en construcción se afecta a nuestra diaria vivencia. 
Por ello hoy nos cuesta pensar en un futuro promisorio de este Sector Sur, cuando el avance de esta obra no lo hace vislumbrar. Y nos preocupamos, no solamente por los tres puentes, no sólo por la resultante de toda esta obra (principalmente en su nivel inferior) sino también por lo que ya tenemos y queremos mejorar haciendo participar más activamente a la población de un Centro Cultural como alguna vez soñaron muchos Boquenses; tal como lo soñó nuestro querido Quinquela Martín. También la Ribera del Dock Sur debe integrarse, como parte de este Centro Urbano Sur que tiene el corazón puesto cerca del Viejo Puente.
Por lo dicho, nosotros que habitamos aquí queremos tener intervención y participación destacada, responsable –en la faz que nos afecta- por la concreción de obras nuevas realizadas por Empresas (tales como Coviares – Demyco -etc.) y por los Entes de Gobierno, tales como Vialidad Nacional, Municipalidades de Buenos Aires y Avellaneda, Administración de Puerto Buenos Aires Dirección Nacional de Bienes Portuarios y Vías Navegables, Ente Nacional encargado de las obras de Saneamiento del curso del Riachuelo, etc. 
Es con este propósito que proyectamos un futuro accionar que emprenderemos como simples ciudadanos, sin formar ninguna nueva asociación o mutual que se ampare en normas que regule la participación libre y ciña a un grupo de ciudadanos la representación y accionar de nuestra sociedad. Requerimos y convocamos a todos a participar, a todas las asociaciones o mutuales, a toda persona, a todo medio, amparando nuestro accionar en el criterioso uso de nuestras facultades y derechos constitucionales.

Para lo expresado, procederemos a:
1. Difundir nuestro accionar aceptando toda participación y/o colaboración, por correo dirigirse provisoriamente a calle 20 de Septiembre 324/26 of. 8 a 10 primer piso. Capital (1158). Arquitecto Carlos Pasqualini.
2. Proceder a la colocación (previo aviso a Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires y a la Administración de Puertos Buenos Aires) de ciento veinte árboles en la Ribera Capitalina a partir del 25/5/94 a las 9hs. Invitando en el acto a participar del acto a las autoridades, representantes de la Boca y Dock Sur.
3. Lograr una acción conjunta con habitantes de Boca-Dock Sur a fin de promocionar las acciones socio-culturales.
4. Solicitar a Vialidad Nacional el pronto restablecimiento del Servicio del Transbordador Boca-Dock Sur, instalado en puente Nicolás Avellaneda nuevo.
5. Promover y participar en la ejecución del estudio de estabilidad de la estructura del Puente Viejo. Análisis de cargas, posibles a nuevos usos, etc.
6. De acuerdo a resultados de estudios-ensayos de estructuras (s/punto anterior) confeccionar un colorido anteproyecto que permita su auto financiamiento de obra y mantenimiento, provea a la instalación de dos ascensores (uno en cada Ribera del Riachuelo) para lograr la utilización de espacios del puente en su desarrollo superior y de las columnas en sus niveles intermedios, con comodidades para recorrido y permanencia, espacios de recreación, exposición de datos histórico-culturales inherentes al puerto de la Boca del Riachuelo y zonales.
7. Incentivar y promover la corrección de obras de saneamiento y confort al aire libre con fines culturales, de esparcimiento, didácticos y turísticos en sectores de Riberas Boca y Dock Sur.
8. Vigilar, colaborar y proponer planes ante quien corresponda, para la mejor utilización de los espacios bajo autopista. Encuadrar usos dentro del Plan Regulador Urbano elaborado y a elaborar. 
Carlos M. D. Pasqualini




SITIO DE INTERÉS CULTURAL - 1 JUNIO 1995



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